Legislativas

Proyecto de ley para garantizar la autenticidad de productos cárnicos argentinos

  El IPCVA presentó un proyecto de ley para que se utilicen correctamente las denominaciones cárnicas en los envases de los alimentos, basándose en antecedentes jurídicos internacionales, ya que en Australia, Nueva Zelanda, Uruguay, Paraguay, y varios estados de Estados Unidos ya rige una legislación al respecto.

  En los fundamentos, el organismo destaca que los cambios en los estilos de vida, la tecnología y las formas en que la gente se comunica y se hace una idea de la imagen de los diferentes productos alimenticios definen nuevas conductas alimentarias que derivan en un crecimiento de productos sustitutos que compiten con los productos cárnicos tradicionales.

  En este marco, existe un creciente cuestionamiento injustificado a las carnes vacunas, muchas veces derivado de desinformación o fake news y difusión de información con fuerte sesgo y sensacionalismo de parte de aquellos que pretenden impulsar conductas en las que se reduzca o directamente abandone el consumo de las carnes tradicionales.

  La estrategia comunicacional que despliegan organizaciones que buscan promover el veganismo, ambientalismo y antiespecismo, se orientan a difundir mensajes donde caracterizan alimentos que no contienen ingredientes de origen animal y que sin embargo se presentan y promocionan con características organolépticas similares a las que tendrían los productos originales.

Proyecto de ley para garantizar la autenticidad de productos cárnicos argentinos

  Los productos cárnicos alternativos existen desde hace décadas; sin embargo, en los últimos años, algunos fabricantes de productos cárnicos alternativos han comenzado a incorporar la palabra "carne" y derivados cárnicos en la denominación y comercialización de sus productos.

  Los términos para referirse a los productos cárnicos alternativos son muy variados; se ha encontrado el uso de "carne sintética", "carne limpia" "carne análoga", "carne de imitación", "sustitutos de la carne" y el uso de nombres de marca para los productos cárnicos alternativos, entre otros. Por las razones expuestas, ello constituye literalmente un engaño al consumidor.

  La garantía a los mercados sobre el tipo y calidad de los productos que se consumen en Argentina debe enmarcarse en la ley de defensa del consumidor (Ley 24240) y el Código Civil y Comercial Nacional.

  Los productores ganaderos y la industria frigorífica argentina conforman uno de los sectores productivos con mayor importancia socioeconómica del país, constituyéndose en un generador de divisas genuinas, con fuerte peso en el afianzamiento de las comunidades rurales y arraigo de la población en todo el territorio nacional. Es además uno de las cadenas agroindustriales que más contribuye a la creación y mantenimiento de empleo en zonas donde existen muy pocas otras opciones para llevar adelante otras actividades productivas.

Proyecto de ley para garantizar la autenticidad de productos cárnicos argentinos

  En este contexto, el uso de nombres que confunden a la población y la aparten de su real derecho a estar correctamente informada sobre las características de los productos que busca consumir, es claramente un factor que resta competitividad al sector cárnico. De allí la necesidad de buscar aquellos marcos institucionales y normativos que fijen reglas claras de competencia.

  Los productos sustitutos de la carne, buscan apropiarse de la denominación del producto original y sin embargo pueden ser muy diferentes en cuanto a su contenido nutricional, a diferencia de las carnes frescas, suelen tener conservantes, aditivos, saborizantes, entre otros agregados, para imitar sensorialmente a la carne como para favorecer su conservación. El contenido de sal es un claro ejemplo de esta cuestión.

En el caso de los productos originales, las carnes frescas  se comercializan en la actualidad como productos naturales, sin el agregado de conservantes, aditivos, saborizantes.

  Un párrafo aparte merece el origen de estos ingredientes, ya que cuando hablamos de la carne argentina, todos los componentes nutricionales del alimento carne han sido producidos en su totalidad en el país. En el caso de productos ultraprocesados que dicen llamarse carne pero que no son carne, pueden contener ingredientes y agregados que no han sido elaborados en el país. No es justo entonces que ambos productos puedan denominarse de la misma manera. Es necesario entonces defender y fortalecer la calidad natural y totalmente nacional de la carne argentina y no debería permitirse que productos con agregados importados le disputen espacio de mercado sin que nadie sea consciente de esta información.

  Desde el punto de vista del marketing alimentario, los consumidores utilizan la palabra "carne", cuando se aplica a los alimentos de origen no animal o a carne elaborada en laboratorio a partir de células animales cultivadas artificialmente, como un atajo para entender cómo deberían incluirse e integrarse estos productos en el marco de una determinada dieta y esquema de comidas. Si los productos que no son carne real usan esta denominación en realidad están consiguiendo injustamente la posibilidad de posicionarse por ejemplo en la góndola de un supermercado en la sección de productos cárnicos cuando en realidad no lo son y ello lleva a confusión. Por citar un ejemplo es muy distinto hablar de la carne de soja que de soja texturizada.

  Ello constituye una clara distorsión de las reglas del mercado y lealtad comercial, ya que el sector de las mal llamadas carnes análogas considera que una de las principales estrategias para ganar tracción en el mercado es vincular los nombres de sus productos a los poderosos y conocidos productos de proteína animal ya establecidos y que son desde hace años reconocidos por el púbico consumidor.

  Evitar falsedades, falsificaciones y la tergiversación del nombre carne y de diferentes productos cárnicos derivados ayudará a que el consumidor no tome decisiones equivocadas y pueda comprar y consumir de una manera inteligente y empoderada al crearse las condiciones para una mayor transparencia comercial y eliminar la posibilidad de fraudes alimentarios por la distribución y venta de productos engañosos.

  La iniciativa permitirá defender el prestigio y la reputación del sector productor argentino, con fuerte protagonismo en la provisión de carnes en el mercado interno, con una tarea ininterrumpida durante años con elevado compromiso hacia la mejora permanente de la calidad del producto.


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