Los temidos Mazorqueros

La Mazorca, Echeverría, Rosas y los "Carnizas" de El Matadero

  Registraban casas, arrestaban, torturaban y hasta llegaban a matar si era "necesario". El método para esos macabros menesteres era generalmente el degüello y, según dicen, estaban muy capacitados para tales faenas porque muchos eran peones del por entonces precario matadero de Buenos Aires.

  Luego, exponían los cadáveres colgados y las cabezas en picas, como si se tratara de siniestros muñecos para el escarmiento de sus opositores, los "salvajes" unitarios. Eran el brazo armado de la "Sociedad Popular Restauradora", un grupo político que respondía a Juan Manuel de Rosas.

  Eran la temida "Mazorca".

  En su memorable texto "El Matadero" -primera manifestación del romanticismo literario en nuestra historia-, Esteban Echeverría, fervoroso opositor a Rosas, presenta una oscura y sangrienta alegoría entre el país y una precaria, desabastecida y brutal playa de faena de la ciudad.

  En ese mundo, despiadado y violento del cuento de Echeverría, los carniceros que trabajan en el matadero son los mazorqueros de Rosas.

  Cuenta Echeverría: "El primer novillo que se mató fue todo entero de regalo al Restaurador, hombre muy amigo del asado. Una comisión de carniceros marchó a ofrecérselo a nombre de los federales del matadero, manifestándole in voce su agradecimiento por la acertada providencia del gobierno, su adhesión ilimitada al Restaurador y su odio entrañable a los salvajes unitarios, enemigos de Dios y de los hombres".

  "La figura más prominente de cada grupo era el carnicero con el cuchillo en mano, brazo y pecho desnudos, cabello largo y revuelto, camisa y chiripá y rostro embadurnado de sangre", describe el autor, asegurando que la heroína de los mazorqueros/carniceros era "la difunta esposa del Restaurador".

  "En aquel tiempo los carniceros degolladores del Matadero eran los apóstoles que propagaban a verga y puñal la federación rosina, y no es difícil imaginarse qué federación saldría de sus cabezas y cuchillas", concluye Echeverría que, está visto, no tenía una muy buena imagen de los carniceros aunque él mismo era tan fanático del asado como el propio Juan Manuel de Rosas. Así lo dejó claro en otro texto, "Apología del matambre", que nada tiene que ver con los mazorqueros (todos ejecutados en 1853, después de la batalla de Caseros) que eran, en más de un sentido, los "carnizas" de aquellos tiempos.

  El tema no pasó desapercibido para la música popular y hay unos cuantos ejemplos, como el tango "Juan Manuel" (1934, Homero Manzi-Sebastian Piana), "Juan Manuel/para luchar por la gloria/de tu estrella federal/con tamboril, los morenos;/la Mazorca, con puñal" , o la canción "La China de la Mazorca" (1939, Pedro Blomberg-Enrique Maciel), "China de la Mazorca , todos la llaman restauradora, porque ella lleva prendida al pecho, la flor de sangre de la divisa de Buenos Aires".

Por Luis Fontoira

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