Ganadería bajo riego
En el semiárido mendocino, estos productores tienen 500 ha bajo riego donde producen alfalfas, maíz y verdeos para su rodeo.
En el sur de Mendoza, donde el clima árido domina el paisaje, el riego se convierte en una herramienta clave para transformar el desierto en un sistema productivo eficiente. En la zona de San Rafael, un productor ganadero que llegó desde Chivilcoy está desarrollando un proyecto integral de ganadería y agricultura que combina tecnología, adaptación genética y aprovechamiento del recurso hídrico.
"San Rafael tiene clima desértico, pero con riego todo cambia. Hacemos cría, recría y en poco tiempo vamos a completar el ciclo con animales a corral", cuenta Juan Manuel Fernández, socio de Ecotecnos, la empresa a cargo del establecimiento Santa Gilda. Allí, el agua llega desde el río Atuel, y permite poner bajo riego las zonas que tienen derecho al uso de agua. Destinan 500 ha. para sembrar maíz en verano y avena con vicia en invierno, La explotación tiene un total de seis equipos de riego del tipo de pivot central. Los lotes de maíz dejan un promedio de 35.000kg/ha, con siembra directa.
La base ganadera está compuesta por 600 madres de un Angus que ya se adaptó al ambiente mendocino. "Los resultados que estamos teniendo con esa genética son muy buenos", afirma.
El sistema combina fincas bajo riego con campos en secano. Las vacas paren en las alfalfas y allí se quedan hasta recuperar su condición corporal y poder ser llevadas al próximo servicio. Se hace inseminación en 300 ejemplares, y el resto con servicio con toros propios, a razón de un toro cada 50 vacas, para entorar en forma natural. En Santa Gilda logran índices de 95% de preñez. Una vez que se realiza el tacto, se trasladan al campo de secano durante el invierno.
Los terneros, en tanto, entran en una recría intensiva, donde entran con 120/130 kg. y se los lleva hasta 260kg promedio. Actualmente se manejan 1000 cabezas, con la proyección de alcanzar las 3000 en tres años. La alimentación se basa en silo de maíz de producción propia, y harina de soja hiperproteica que se trae de San Luis.
Hoy los animales se venden a feedlots externos para su terminación, pero el objetivo es cerrarlo todo dentro del campo. "La idea es hacer el ciclo completo y llevar los animales hasta los 400 o 450 kilos", adelanta el productor.
El proyecto también prevé la incorporación de 400 hectáreas más bajo riego con equipos pivot, aprovechando dos vertientes con agua de buena calidad. Eso permitiría aumentar el rodeo a entre 1000 y 1200 vacas de cría, y consolidar la escala de producción del feedlot. La expectativa es vender toda la hacienda en la provincia de Mendoza, que tiene una demanda consolidada y una producción que no llega a abastecer a más del 30%.
Acá todo depende de uno. Si hacés las cosas bien, se nota. Si te equivocás, el desierto no perdona.
El cambio desde la Pampa Húmeda al desierto implicó una transformación total. Y aunque el clima extremo presenta desafíos -como las heladas de -11 °C que se registraron este invierno-, también ofrece ventajas sanitarias. "Hay menos enfermedades, y en ganadería eso vale mucho".