Tarquino, Firpo, Torino, Ciruelo, Pampero y Cleto
Fue la raza Shorthorn, con Tarquino, la primera en ingresar un toro británico al paÃs en 1823. Lo siguieron Niágara (1862) y Virtuoso (1879), los primeros toros de las razas Hereford y Angus.
Aunque la expresión "fuerte como un toro" proviene de la cultura taurina española fue rápidamente adoptada en nuestro paÃs por la misma pasión que profesamos los argentinos por los toros, claro que no por las corridas sino por la parrilla. Y nuestra historia está plagada, como no podÃa ser de otra forma, por "toros famosos". Uno de ellos, "Taquino", fue el que inició el desarrollo de la ganaderÃa "moderna".
Si bien la producción de carne vacuna comenzó con los primeros animales introducidos en el siglo XVI por Juan Ortiz de Zárate y Juan de Garay -cuando fundó las ciudades de Santa Fe y Buenos Aires, dando origen al ganado bovino criollo-, la llegada del primer toro "Durham", nombre con el cual se identificó a los Shorthorn originalmente, hacia 1826, marcarÃa el punto de partida para una de las actividades más emblemáticas de la Argentina.
Tarquino, proveniente de Gran Bretaña, de pelaje colorado con algo de blanco, pasarÃa a la historia acompañado por sus pares "Virtuoso" y "Niágara" -los primeros reproductores de las razas Aberdeen Angus y Hereford- en la etiqueta del whisky "The Breeder's Choice" (Criadores).
La descendencia de este toro -que seguramente vivió feliz con su mandato hedonista de poblar las pampas- se hizo célebre en la provincia de Buenos Aires, donde durante medio siglo fueron conocidas como "tarquinos" o "talquinos" las haciendas vacunas que procedÃan de cruzas con su sangre.
El avance de la ganaderÃa fue tan notable y renombrado, que cuando el boxeador Luis Angel Firpo inició su descollante carrera internacional, la prensa de Estados Unidos no dudó en bautizarlo "El toro salvaje de las pampas".
Firpo protagonizó en 1923 la denominada "pelea del siglo", enfrentando en Estados Unidos a Jack Dempsey -uno de los mayores boxeadores de la historia- ante 80.000 espectadores por el tÃtulo mundial de los pesados. Al final del primer round, en el que Depmsey lo habÃa derribado varias veces, una certera trompada del "toro salvaje de las pampas" arrojó al estadounidense fuera del ring. Dempsey estuvo entre 14 y 17 segundos -según la fuente- fuera del cuadrilátero. Sin embargo el árbitro llegó solamente a la cuenta de 9 cuando el norteamericano logró regresar, ayudado por los periodistas. Firpo, que debió haber sido declarado ganador por nocaut, finalmente perdió la pelea que llenó de congoja las calles de la Argentina y serÃa motivo de diversas manifestaciones culturales, como pinturas y relatos literarios
Años después, y ya retirado del boxeo, casi con el destino marcado a fuego por su mote deportivo, Firpo se dedicó a la ganaderÃa. Fue propietario de varias estancias, como "Los Amigos" (JunÃn), "Sin Tregua" y "Sin Descanso" (Carlos Casares), "La Marión" (en Ameghino) y "La Milanesa" (Luján).
Pero los toros famosos argentinos no terminan con Tarquino y Luis Angel Firpo.
En 1966 se comenzó a fabricar en nuestro paÃs uno de los automóviles más emblemáticos: el Torino que, rápidamente, fue bautizado como "toro". El Torino se produjo hasta enero 1982, con casi 100.000 unidades vendidas. Cuando el "toro" llegó a las calles, cada argentino consumÃa casi 80 kilos de carne vacuna por año. Cuando se dejó de fabricar, 72.
Más cerca en el tiempo, y por motivos muy distintos, otro toro Shorthorn ganó las tapas de los diarios. Fue en 2008, el año del enfrentamiento entre el campo y el gobierno nacional. El protagonista de la historia fue el toro "Cleto", el primero en arribar a la Exposición Rural de Palermo de ese año. Una situación común, un nombre vulgar, un toro más, si no fuera porque dÃas antes el Vicepresidente de la Nación, Julio César "Cleto" Cobos, habÃa desempatado en el Senado la votación del proyecto de retenciones móviles en contra del Poder Ejecutivo Nacional y a favor del campo.
El toro "Cleto", ajeno por cuestiones bestiales al mundo de la polÃtica, fue protagonista por esos dÃas de una catarata de ironÃas y mensajes solapados que el campo le lazaba al gobierno.
Ese año, el 2008, permitió avizorar el inicio de la debacle de la ganaderÃa nacional, con una gran faena -más de 14 millones de animales- y un alto consumo por habitante -casi 70 kilogramos- que se sostuvieron mediante restricciones del gobierno a las exportaciones de carne, una gran liquidación de vientres y el inicio de la caÃda del stock.
La ciencia vernácula se encargó de perpetuar la lista de toros famosos. En 2004 nació "Pampero", el primer "toro transgénico" del mundo -hijo de la vaca clonada "Pampa Mansa"- que, con fines farmacéuticos, llevaba en sus células el gen de la Hormona de Crecimiento Humana.
En 2009, con fines más "parrilleros", se logró en el paÃs primera clonación de un macho campeón de la raza Brangus. El proyecto se llevó adelante a partir de muestras de células de la oreja del toro "Ciruelo", según señalaron los investigadores de la Universidad de San MartÃn y el Consejo Nacional de Investigaciones CientÃficas y Técnicas de la Argentina (Conicet).
Originales, deportistas, clonados, transgénicos o "de fierro", los toros son protagonistas centrales de la historia argentina, que cambió oportunamente toreros por parrilleros y corridas por asados.
¡Que salga el toro!
Autor: Luis Fontoira