Manejo estratégico de recursos

Ganadería eficiente en el semiárido

Desde el INTA Chamical recomiendan un estricto control de la carga animal según la receptividad del campo y con descansos forrajeros.

  En los sistemas ganaderos de zonas semiáridas, como los del sur de Mendoza, el recurso más valioso es el pasto. Por eso, su gestión adecuada se vuelve un factor decisivo para sostener e incluso mejorar los índices productivos.

  Así lo explicó Lisandro Blanco, técnico del INTA Chamical durante la Jornada a Campo organizada por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina en el establecimiento "La Sofía", ubicado en General Alvear.

  Blanco destacó que la ganadería en regiones semiáridas debe apoyarse en dos pilares fundamentales: el ajuste de la carga animal a la receptividad real del campo, y la planificación de descansos oportunos para los potreros.

  "Hoy contamos con herramientas como imágenes satelitales o drones, que nos permiten estimar con precisión cuánta pastura produce un potrero. Ya no hay excusas para no ajustar la carga animal a esa capacidad", explicó el técnico. En este orden llamó la atención respecto de que "sobrecargar los campos sigue siendo uno de los errores más comunes".

  El segundo pilar es el descanso. "Se trata de establecer un sistema de rotación que le permita al pasto recuperarse después del pastoreo. Sin ese descanso, la capacidad forrajera se degrada rápidamente", sostuvo.

  Blanco apuntó que uno de los problemas más comunes que enfrentan estos sistemas es la distribución del pastoreo en relación con la ubicación de las aguadas. En este orden, explicó que muchas veces, la zona más próxima al agua es sobrepastoreada, mientras que la más lejana queda subutilizada. "Lo ideal sería distribuir más aguadas, pero cuando eso no es posible por limitaciones económicas o del terreno, hay que ajustar la carga animal contemplando ese uso desigual del potrero", indicó.

  El especialista de INTA compartió experiencias concretas realizadas en campos de los Llanos de La Rioja. En esos casos, cuando se ajustó la carga, se respetaron los descansos y se tuvo en cuenta la variabilidad del ambiente, se logró una notable mejora de la receptividad del campo con el paso del tiempo.

  "Esto permitió aumentar la cantidad de kilos producidos por animal y por hectárea, pero el mayor impacto se vio en la eficiencia reproductiva, en especial en la cantidad de terneros logrados por vaca", detalló.

  En la región, los porcentajes de preñez y destete se ubican en niveles muy bajos, entre 50% y 55%, cuando, según Blanco, con una correcta aplicación de tecnología y manejo, se puede alcanzar tranquilamente un 85% o incluso un 90% de eficiencia reproductiva.

  Finalmente, el técnico subrayó que estos 3 indicadores-eficiencia reproductiva, kilos por animal y carga ajustada-son claves para el desarrollo sustentable de la cría bovina en ambientes áridos y semiáridos, y que avanzar en ellos requiere planificación, información y decisión técnica.

Esta nota habla de: